domingo, 17 de abril de 2011

Amalgama



Sumergí mi lápiz...
hace semanas lo he buscado por los recónditos lugares de esta fría y pesada armadura...
Se me hace imposible dibujar la vida como antes, tan sólo me conformo con lo que la corriente dibuja para mi a través de vaivenes difusos e incompletos en un lienzo añejo, en un lienzo gastado por la humedad de las palabras, de lo absurdo, extraño y frío que habita en mi.

Desearía desechar los miedos y saltar al vacío... perderme en la profunda emoción de este océano desconocido, dejar de cubrir mi soledad tras el cristalino y risueño tono de mis ojos y disfrutar el florecer de las primeras gotas de lluvia que caen desde la turbia profundidad de mis entrañas.

Una vez más deslizo mi esencia por tu recuerdo sereno de inquietud, cabizbajo y extasiado de esa tentadora locura, absorta de sentidos y certeramente carente de emoción. En un destello súbitamente apareces en mis pensamientos más lejanos y logras encender la oscuridad del celestial cristal que cubre mi secreta guarida.
A tientas logro divisar a la distancia tu imagen ilusoria e intangible, y confusamente me siento en un sueño dentro de otro sueño, olvidando todo indicio de cordura y quietud... tan sólo dejándome arrastrar en esta corriente de emociones hacia un azul lleno de infinitos corales y transformándome nuevamente en la sirena que alguna ves perdí.

[Salgo a la superficie y respiro...]

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